“Un Senado Atando al Perro”. YAYO H.-LA5PATA

La peor forma de evitar la violencia, es andar armado por las calles.

La peor practica para combatir el narcotráfico, es que la Justicia no cite a funcionarios corruptos y que quienes sepan, callen.

La peor idea para que un perro deje de ladrar, es atarlo con una cadena.

Y el peor modo de impedir un despido es prohibirlo con una ley, descuidando factores visibles, y también subyacentes. Y desatendiendo la Experiencia.

Lo que sucede en la mayoría de las empresas argentinas es que invierten, obtienen una renta, y vuelven a re invertir. A veces cobran a duras penas, y si  con lo obtenido no llegan a una nueva compra de insumos, están ante  una des-financiación producto de la inflación. El mejor Capital Social del que la Empresa dispone, Es el Trabajador. No querrán perderlo si ven la oportunidad de crecer. Ambos crecen. Lo que no puede hacer un empresario, es irse al otro extremo y trasladar precios especulando con lo coyuntural.  

Convencerse de lo contrario y votar lo contrario, en un mundo global donde las relaciones laborales han cambiado en forma asimétrica, es no tener idea de que va, aquello de los riesgos de un emprendedor. Pensar lo contrario es vivir de un Estado que todos alimentamos. Si prohíbo despidos quienes pueden invertir en un país, probablemente dejen de hacerlo. Ni siquiera tiene que ser una realidad demostrable para quien desea invertir, “Es un Concepto”. Y es entonces el momento menos oportuno para una ley de estas características. Es cuando 45 tipos levantando la mano, dan por tierra con proyectos, reuniones, trabajo, esfuerzos, créditos pedidos, capacitación personal, maquinarias, fletes, impuestos, otras competencias y viajes a diferentes partes del mundo, buscando “vender lo que se hace”.

Contrario a esto, tengo que dar incentivos productivos al trabajador.  Y tengo que convencerme que una mayor inversión facilitará exportar, o vender en el mercado interno, poniendo en marcha la producción y buscando los mejores costos. Y que en una de esas, aquella empresa que llega a invertir, también va a necesitar de mis productos. Esto me exige no perder tiempo, y tener una línea directa con cada gobierno, porque es ahí donde el Estado entra, debiendo facilitarme acomodar mis requerimientos, y cada transporte, y temas impositivos y tributarios. No para limitarme. Debe facilitarme el apoyo sin corrupción alguna. Sin corrupción, una de tantas razones para hacer verdaderamente algo por cada trabajador.  

Según un reciente trabajo de IDESA, “SE DESTRUYERON 8 MILLONES DE EMPLEOS EN UNA DÉCADA. No se trata de un hecho excepcional sino que ocurre en todos los mercados de trabajo ya que la permanente creación y destrucción de empleos es un fenómeno natural del sistema productivo. En la última década se crearon muchos empleos formales pero también fue masiva la destrucción de puestos de trabajo”.

Queda claro que en el Senado han sido propensos a la oportunidad política. O al menos, si hay un buen propósito la solución no pasa por prohibiciones de 180 días. Ni siquiera hay datos oficiales precisos de cuántos despidos hubo en los último 12 años, u 8 años. O en los últimos 2 años. O desde diciembre hasta este abril.

Defender lo popular desde la conveniencia discursiva política, no me indica que lo hagan por cada trabajador, menos aún en un momento en que la Oposición no puede recuperar credibilidad, y las Centrales Obreras necesitan cierto reacomodamiento, lo que resulta en confrontaciones y rispideces peleando espacio. Lo masivo sale a cortar calles, lo directivo, negocia futuro. Con el sueldo de un senador es fácil el condicionamiento ajeno. La inflación pega en el bolsillo de quien trabaja, y en los bolsillos de quienes deben mantener una empresa a cualquier costo. ¿No estarán confundiendo el tema con Precios e Inflación? Porque ése es un hecho real.

Aun no contamos con la necesaria Competitividad como para recuperar impulso y mercados. Con la caída de precios en los comodities, con Brasil y sus circunstancias, y con el desbarajuste heredado dentro, es difícil despegar desde una plataforma tan corta. “La Argentina tiene déficit comercial con China. Importa casi el doble de los que le exporta: en 2013 le vendió productos por US$ 6,3 mil millones, mientras que el país compró a China el equivalente a US$ 11,4 mil millones. El país asiático es el segundo socio comercial más importante después de Brasil, los datos provienen del informe de 2013 de Intercambio Comercial Argentino del INDEC. Casi el 60% de lo que exporta Argentina son porotos de soja, mientras que las ventas chinas se encuentran mucho más dispersas entre diferentes productos y son los celulares los que encabezan la lista. (Chequeado.com)”.

Podemos analizar cualquier otro sector, los resultados son similares.

Uno debería hacerse otras preguntas; Si hay medidas que este gobierno aún no tomo, o si  fue menos gradual de lo esperado con las tarifas, o si Prat Gay benefició más las importaciones que las exportaciones con productores aun sin crédito, o si el Banco Central pifió medidas iniciales, o si hubo apuros y por cada “despedido político” no se puso la suficiente atención a personal de planta permanente, o si se privilegiaron números indemnizatorios antes que el Capital Social desde el Estado. Es probable, más que probable que hayan existido errores, o hasta injusticias. Corrijan eso entonces ¿o es demasiado trabajo? No se puede hacer en 4 meses reales, lo que no se hizo en 8 años ficticios. O solucionar en plena asunción decretos políticos de días antes del 10 de diciembre del 2015, que resultaron condenatorios, o de alegrías políticas efímeras. Porque estaban perversamente destinados a eso.

Nuestro problema es la inflación, los costos, el reacomodamiento de cada aumento, las ventas,  luego y en tal caso, el desempleo. Ni siquiera hay que darse explicaciones acerca de la Innovación (hay un excelente artículo de Sebastián Campanario que comparto, Terapia de rehabilitación para los innovadores compulsivos, en La Nación de estos días), ya que tenemos demasiado para arrancar, hay que poner a funcionar aquello de lo que disponemos, y que es mucho.

Tenemos una historia que obliga a recordar; “Entre las tantas severas anomalías que arrastra la economía nacional desde hace varias décadas sobresalen la persistencia de un elevado índice de informalidad laboral y el predominio de unidades productivas muy chicas, con muy pobre productividad y alta dependencia del asistencialismo del estado”UCES.

Los senadores ¿recién se enteran? ¿Dónde estuvieron estos años? O ¿en qué cargos?

Al Desempleo o a los posibles Despidos como conflicto, nuestro Senado lo está viendo sesgadamente, y es un tema demasiado más complejo de lo que parece como para que una ley pretenda corregirlo. El impacto no quita oxígeno a las corporativas a las que le sobra espalda, sino al 80% de la economía del país, las PyMES, formadoras reales de empleo. Lo curioso es que la norma del Senado contempla a las Pymes, pero fueron incapaces de  retroceder políticamente en la media sanción porque ¿Cómo hacer una ley anti despido, solo para el 20% de corporativas?

Deberían ser creativos y proponer soluciones para ver cómo se logran reincorporar al mercado las personas desempleadas en los últimos 3 años al menos, capacitación mediante.

Santa Cruz incluida, desde ya. Pobre y fría Santa Cruz.

 

YAYO H

LA5PATA

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Autor entrada: Editor

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